El nuevo líder de la iglesia ortodoxa serbia, Joanikije II, llegó a su ceremonia de entronización en helicóptero, protegido con una manta antibalas y escoltado por las fuerzas especiales. ¿El motivo? Miles de montenegrinos se han manifestado en contra de su nombramiento, al ver en este acto religioso un intento de Serbia por controlar Montenegro.

Los manifestantes han bloqueado las carreteras con barricadas, dejando graves enfrentamientos con la Policía, que llegó a utilizar gases lacrimógenos. Lo que rechazan es el lugar elegido para la ceremonia: Cetinje.

Entienden que es una provocación de Serbia que lo que quiere es aumentar su influencia en el país. Hay varios detenidos, entre ellos uno de los principales asesores del presidente de Montenegro. No fue hasta 2006 cuando Montenegro se independizó de Serbia y por la mínima: votó a favor un 55% de la población.

Djukanovic acusó anoche a Serbia de política expansionista hacia Montenegro, una postura respaldada por otros grupos de la oposición, asociaciones patrióticas montenegrinas y la alcaldía de Cetinje. Los opositores consideran la investidura de Joanikije en la histórica capital como un "acto de ocupación y un intento de empujar a Montenegro al llamado mundo serbio".

Los partidarios de la ceremonia, alineados con el gobierno proserbio del primer ministro Zdravko Krivokapic, han insistido en que se trata de un acto religioso rutinario y acusan a la oposición de suscitar desórdenes en un intento de recuperar el poder perdido. Según el censo de población de 2011, un 45% de los habitantes de Montenegro se consideran montenegrinos, y un 29% serbios, pero en Cetinje, un 90% se identifican como montenegrinos.