La mujer era plenamente consciente de lo que estaba haciendo. Cuando se dio cuenta de que su bebé se parecía mucho a su amante, comenzó a golpearle contra los muebles, hasta que el niño dejó de gritar.
Sus otros dos hijos, de cuatro y siete años, vieron lo que estaba sucediendo y salieron a la calle a pedir ayuda a los vecinos. Cuando llegaron los servicios de emergencia, ya era demasiado tarde, la mujer había descuartizado al pequeño y trató de deshacerse de los restos tirándolos a la bañera.
Ha sido condenada a 18 años de prisión. El horrible asesinato tuvo lugar en el condado de Valui en Rumanía y ha conmocionado al país.
Durante el juicio, la mujer declaró que quiso terminar con la vida de su hijo por lo mucho que se parecía a su amante, con el que mantenía una relación desconocida para su familia y amigos. El juez también le ha quitado la custodia de sus otros dos hijos y dictaminó que estaba en pleno control de sus acciones y sabía lo que estaba haciendo.