Lula da Silva inició este domingo su tercer mandato. Lo hizo en una ceremonia multitudinaria, donde prometió terminar con las desigualdades que hay en el país. Así lo afirmaba: "Hoy, nuestro mensaje para Brasil es de esperanza y reconstrucción. El gran edificio de derechos, soberanía y desarrollo que esta nación levantó a partir de 1988 ha sido sistemáticamente demolido en años recientes. Para reconstruir ese edificio de derechos y valores nacionales vamos a dirigir todos nuestros esfuerzos".

¿Quieres saber más? Son 2 min.

No es la primera vez. El líder progresista, de 77 años, ya ha gobernado previamente en Brasil.

  • En 2002, ganó sus primeras elecciones, con 61% de los votos.
  • En 2006, fue reelegido con un apoyo del 60,8% de los votantes.
  • Su popularidad se vio afectada en 2010, cuando dejó la presidencia sumido en los continuos escándalos de corrupción que afectaban tanto a su partido y como al propio Lula.
  • 13 años después (2023), vuelve al poder tras derrotar en las elecciones al referente de la extrema derecha Jair Bolsonaro.

Ceremonia de investidura. La toma de posesión de Lula Da Silva como Presidente de Brasil se ha celebrado con un fuerte apoyo popular y respaldo internacional.

  • Las autoridades de 68 países acudieron a la investidura, entre ellos, el rey de España.
  • En las calles, cerca de 300.000 personas abarrotaron el centro de la capital brasileña.
  • En la ceremonia, Lula pronunció dos discursos y centró ambos en su firme compromiso en combatir las desigualdades.
  • Además, aprovechó la ausencia de Bolsonaro para cargar de simbolismo el acto de la imposición de la banda presidencial, que fue entregada por un grupo de ciudadanos Junto a ellos, Lula subió al Palacio de Planalto, un gesto también de gran simbolismo, puesto que normalmente los presidentes acceden solos.

Primeras medidas. El nuevo presidente firmó un total de 13 decretos, que, en su mayoría, quieren revocar medidas impuestas por Bolsonaro. Lula cree firmemente en la 'unión y reconstrucción' del país, lema de su nuevo Gobierno. Para ello, cambiará aspectos en materia de medioambiente, sanidad, educación y aspectos sociales de Brasil, entre otros.

  • En materia de armas: Lula ha catalogado los decretos de Bolsonaro como 'criminales' y cree que "Brasil no puede y no quiere las armas en manos del pueblo. Brasil necesita seguridad, libros y cultura". Por ello, suspendió la emisión de nuevos permisos para la compra y la creación de clubes de tiro, ordenó que se hiciera un nuevo registro de todo el armamento adquirido por civiles en los últimos cuatro años y que se cree en el Gobierno un grupo de trabajo dedicado a definir una nueva política de desarme.
  • En materia medioambiental: ha anulado un decreto que ampliaba las licencias para la explotación de recursos minerales en la región amazónica e incluso en las tierras indígenas. También ha reactivado el llamado Fondo Amazonía, suspendido en 2019 y constituido para contribuir con la protección de la Amazonía. Unos 600 millones de dólares que el nuevo Gobierno rescatará y utilizará.
  • Rompe el secreto: ha pedido revisar una serie de decretos que establecían un secreto de cien años sobre diversas cuestiones de la administración pública o incluso sobre asuntos personales del ahora exmandatario y su familia, como su salud.
  • Rompe el aislamiento: Lula ha roto el aislamiento diplomático que vivió Brasil en los últimos cuatro años. Así ha retomado las relaciones con países como China o Venezuela. También la integración en América Latina para tener "un diálogo activo y altivo con las otras regiones del mundo", según ha asegurado.

Sin rastro de Bolsonaro. El acto de posesión se llevó a cabo con la ausencia de Jair Bolsonaro. El expresidente abandonó Brasil para viajar rumbo a Estados Unidos. Se niega a reconocer el triunfo de Lula y, con su ausencia, quería evitar tener que entregarle la banda presidencial.

A pesar de estas ausencias, y con la llegada de un nuevo año, Lula ha dado inicio a su agenda política en lo que se espera que sea un cambio para Brasil.