Durante años el conflicto entre Israel y Palestina fue el central en Oriente Medio y copaba la agenda política, pero ahora las prioridades son otras y los palestinos se están quedando solos. Empezando por sus aliados árabes.

Ignacio Álvarez-Ossorio, del Instituto de Desarrollo Social de la Universidad de Alicante, explica que "los países del Golfo, encabezados por Arabia Saudí, están dando pasos hacia la normalización de relaciones con Israel. El gran enemigo ha dejado de ser Israel y ahora el enemigo es Irán".

Egipto, clave en el proceso de paz, es el único país que tiene frontera con Palestina. Tiene en su mano abrir el paso de Rafah y permitir el paso de personas y mercancías, pero en muchos casos hace lo contrario y se "coordina con Israel para estrangular a la Franja de Gaza y retorcer la mano a Hamás porque es parte de los Hermanos Musulmanes, organización a la que ellos han declarado como terrorista", como cuenta Álvarez-Ossorio.

Sin sus aliados tradicionales, Palestina mira a Europa. Pero los países del continente se quedan en palabras de reproche manteniendo sus vínculos con Israel pese a que vulnera las cláusulas de respeto a los derechos humanos recogidas en los acuerdos de asociación con los 28.

"La Unión Europea da un trato de privilegio a Israel en términos comerciales e incluso arancelarios. Por tanto, sí que tiene un mecanismo para presionar a Israel", aclara Ignacio. Pero no lo hace, dicen los expertos, para no enemistarse con Estados Unidos, el principal socio de Israel y su principal defensor en naciones Unidas.

Desde 1967 ha hecho uso de su poder de veto más de 40 veces para evitar resoluciones del Consejo de seguridad contra Tel Aviv.