Donald Trump ha puesto sus ojos en Groenlandia: quiere hacerse con la posesión de la mayor isla del mundo. Sus recursos naturales, su situación geográfica y las posibilidades que ofrece ante el cambio climático alientan el nuevo sueño del presidente de Estados Unidos, pero Dinamarca ya le ha dicho que no.

Groenlandia posee una extensión cuatro veces superior al tamaño de España y es rica en recursos naturales; la región alberga el 13% del petróleo mundial y un billón de euros en reservas minerales.

Se necesitarían grandes inversiones para su explotación, pero el cambio climático juega a favor de los planes de Trump.

Este verano, una estación meteorológica situada en el círculo polar ha llegado a marcar casi 35 grados. Los barcos surcan el paso del noroeste y el hielo del 'mastodonte ártico' se está fundiendo.

La región ocupa, además, una posición geográfica envidiable para los intereses militares de Estados Unidos. Ya al término de la Segunda Guerra Mundial, el presidente Truman ofreció a Dinamarca más de 100 millones de euros por la isla, pero el Gobierno lo rechazó y los norteamericanos tuvieron que conformarse con instalar allí una base militar.

Los políticos daneses parecen, de nuevo, poco interesados en la propuesta. Incluso se han mostrado burlones en sus cuentas de Twitter desde que la prensa estadounidense difundió las intenciones de Trump.

Mientras, los 56.000 habitantes de Groenlandia rechazan el plan de Trump. "Es como si fuese condescendiente, pero no parece comprender la realidad", dice una joven de la isla, mientras que otra vecina le recuerda que aunque piense que puede comprar lo que quiera, "no puede".

Estados Unidos compró Louisiana a los franceses en 1803 y Alaska a los rusos en 1867, pero los expertos consideran un anacronismo la simple posibilidad de que un Estado pueda comprarle territorio a otro en pleno siglo XXI.

Un anacronismo que Trump parece dispuesto a desafiar. Ya ha pedido informes jurídicos y económicos a sus asesores y, a principios de septiembre, visitará Dinamarca en viaje oficial. Nadie duda de que el tema de Groenlandia estará sobre la mesa.