Tras décadas de conflicto y desconfianza las dos Coreas inician una nueva etapa. "En realidad no estamos en la casilla de salida. No estamos en cero, estamos en negativo. Estos encuentros sirven para ir a la casilla de salida, poner el contador a cero y empezar de nuevo sin lastre", destaca Mario Esteban, analista principal Asia-Pacífico del Real Instituto Elcano.

Por delante, un largo proceso en el que hasta ahora es Kim quien está marcando los plazos. "Se abre un nuevo capítulo y también, y eso es fundamental, con Corea del Norte como un actor que se siente más confiado y fuerte, que ya es una potencia nuclear. Entonces va a tener una posición en la mesa de negociación diferente", explica Rafael Bueno, director de Política y Sociedad de Casa Asia.

Pyonyang y Seúl ya han acordado la desnuclearización de la península. Pero, los expertos no cantan victoria porque, como en todo, el diablo está en los detalles.

"Significa no sólo un desmantelamiento completo del arsenal y del programa nuclear militar norcoreano sino que esto pueda ser verificado por inspectores internacionales. Y aquí es tremendamente dudoso que Corea del Norte esté dispuesta a hacer concesiones", añade Esteban.

"Probablemente quieran también los norcoreanos que los 30.000 soldados que tiene EEUU en la península se vayan, los submarinos nucleares dejen de navegar y loz cazabombarderos nucleares dejen de surcar los cielos de la península coreana y veo difícil que Trump acepte estas condiciones", puntualiza Bueno.

Será en mayo o junio cuando Trump y Kim se vean las caras. Si nadie cede no se podrá llegar a acuerdos y los estos encuentros quedarán sólo en fotos, eso sí, para la Historia.