Ramadi ha caído, también Faluya y, pronto, lo saben, atacarán Mosul, uno de los principales centros de gravedad de Daesh en Irak junto a Raqqa y Alepo en Siria.

"Desde octubre de 2015 hasta hoy ha decrecido su capacidad muchísimo la capacidad organizativa del Daesh en estas zonas. Un 40% en Irak y un 20% en Siria" explica Manuel González, de la escuela de Guerra del Ejército de Tierra.

El yihadismo radical se debilita y su respuesta es atacar sin piedad para poder sobrevivir. El último golpe de Daesh en Bagdad causó 200 muertos en dos atentados simultáneos hace tan solo dos semanas y esto es lo que nos llega a nosotros a Occidente pero ellos lo viven casi a diario.

"Desde principios de año se ha multiplicado por cinco el número de atentados suicidas en Irak" explica Pedro Baños, coronel del Ejército de Tierra.

Con eso no solo consiguen sembrar el miedo, lo que buscan además es reavivar la eterna lucha entre sunies y chiíes, una maniobra que beneficia a Daesh: "Todavía hay mucha población suní, tanto en Siria como en Irak, partidaria del concepto del Estado Islámico porque eran visto como liberadores de la opresión" explica Baños.