No nos olvidamos de Mudafar y Ahmed. La semana pasada veíamos a Agustín con ellos en el campamento griego de Katsika. Este enfermero y bombero, junto a sus compañeros de la ONG gallega Aire, trabajan a contrarreloj para que los niños sean tratados en España de un cáncer terminal.

"Pero ya, necesitamos que estos niños vengan urgentemente para recibir los cuidados necesarios", destaca Agustín Barreiro. No es el lugar para sobrellevar una enfermedad terminal del hígado. "Basura, comida tirada, moscas, donde duermen con piedras por debajo...", detalla este bombero.

Están en fase 2, pero si un equipo médico especializado no los atienden pronto, pasarán a la 3 y ya no tendrán cura. Por eso, la ONG Aire está tramitando con equipos jurídicos españoles el visado humanitario. "Finales de esta semana y primeros de la que viene lo tendríamos ya encauzado", explica José María López, Presidente de la ONG Aire.

Estos bomberos gallegos montaron, junto a otras ONG, el campamento de Katsika. Pero no sólo Mudafar y Ahmed necesitan ayuda, como "una mujer embarazada que cruzó hasta Katsika con sus cinco hijos y que se enuentra sola", lamenta Federico Pichel, otro d elos miembros de la ONG.

Llevan ya semanas repartiendo comida sobrante a otros campamentos, pero con el desmantelamiento de Idomeni, tendrán que dejar de hacerlo. "Calculamos que nos van a llegar entre 500 y 1.000 refugiados más", resalta Pichel. Entre esos 1.000, algunos, seguro, con necesidades tan apremiantes como Ahmed o Mudafar.