Tal y como prometió Donald Trump durante la campaña electoral, el gobierno de Estados Unidos puso en marcha una línea telefónica en la que cualquier ciudadano podía denunciar lo que considerase delitos cometidos por migrantes. "Damos voz a aquellos que han sido ignorados por los medios de comunicación y silenciados por los grupos de presión", afirmaba Trump cuando se puso en marcha 'The Voice' en abril.

Sin embargo, a Trump le ha salido el tiro por la culata. Tal y como recogió el medio norteamericano Splinter, muchas de las llamadas realizadas carecen de argumentos sólidos y están basadas en rencillas personales. El hecho de no pedir a quien realiza la llamada que se identifique da pie a que proliferen las denuncias falsas.

Las rencillas familiares hacen que mucha gente llame pidiendo deportar a suegras, cuñados, primos...