Los líderes europeos han acordado imponer más sanciones a Bielorrusia después de que el presidente del país obligase a desviar un avión con una falsa amenaza de bomba para arrestar a un periodista crítico con su gobierno, Roman Protasevich, y su pareja. Según la agencia 'Reuters', incluidas las medidas económicas, han pedido a las aerolíneas que eviten el espacio aéreo bielorruso y han autorizado poner en marcha los mecanismo para prohibir que puedan sobrevolar territorio europeo y usar los aeropuertos comunitarios.

Reunidos en Bruselas, los 27 líderes del bloque han exigido la liberación inmediata de Protasevich y Sofia Sapega, así como una investigación de la Organización Internacional de Aviación Civil. De la misma forma, el paquete de inversión de 3.000 millones de euros que Europa iba a destinar a Bielorrusia permanecerá paralizado hasta que el país "se vuelva democrático". Así lo ha apuntado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, antes de esa reunión organizada para planear más sanciones contra Bielorrusia: "Presionaremos al régimen hasta que finalmente respete la libertad de prensa y la libertad de opinión".

Cree Von der Leyen que es un primer paso "hacer entender a Lukashenko las severas consecuencias" que tiene el "secuestro del avión de la compañía Ryanair". Por su parte, las bielorrusas ha confirmado ya dónde se encuentra Protasevich: está actualmente internado en la prisión preventiva número 1 de Minsk, tal y como lo ha apuntado la portavoz del Ministerio del Interior del país. Al mismo tiempo, ha negado que el periodista de 26 años haya sido ingresado en un hospital por problemas de salud.

Previamente, la madre del detenido había asegurado en varios medios que recibió una llamada avisando de que su hijo había sido hospitalizado en estado crítico por un problema cardíaco: "Román tiene problemas de corazón, por lo que no lo enviaron al Ejército. En una ocasión estuvo en estado de preinfarto. Si le hicieron algo, eso pudo provocar un ataque al corazón". Este escándalo comenzó cuando este lunes un avión de Ryanair se veía obligado a cambiar su trayectoria por una supuesta amenaza de bomba.

Viajaba desde Atenas hacia Lituania, pero al sobrevolar el espacio aéreo bielorruso, recibe una advertencia para desviar el vuelo a Minsk. El piloto de la aeronave pregunta de dónde ha venido esa recomendación. Desde la torre de control de Minsk responden: "Ah, es una recomendación nuestra". Para asegurarse de que el piloto cumplirá la orden, mandan un caza del ejército que escolta al avión. Los 126 pasajeros son evacuados tras aterrizar en Minsk. Unos perros olfatean el equipaje en busca de explosivos. Pero, tras más de dos horas, no encuentran ni rastro de la bomba.

Es entonces cuando las autoridades bielorrusas detienen a Roman Protasevich, periodista disidente, exiliado desde 2019, acusado de incitar las protestas contra Lukashenko tras las elecciones presidenciales. Algo que le puede costar la pena de muerte. Su novia, que viaja con él, también es detenida. Tras ocho horas de tensa espera, el resto de pasajeros, salvo cinco personas, vuelan rumbo a Vilna. Desde Ryanair denuncian que en el vuelo había agentes secretos infiltrados, y creen que podrían ser agentes de la KGB. Por su parte, la Unión Europea ha tachado esta operación procedente del gobierno bielorruso de "piratería de Estado".