"No habrá nuevas obligaciones legales impuestas en la UE, eso está totalmente claro. Podemos aportar algunas clarificaciones pero no habrá renegociaciones", ha defendido el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al término de la cumbre europea.

El jefe del Ejecutivo comunitario ha definido el trabajo de May en Londres como un "combate virtuoso y valiente", pero ha lamentado que los resultados "no estén ahí" y ha recalcado la necesidad de despejar la idea que persiste en Reino Unido de que es posible renegociar algunas disposiciones del Tratado de Retirada.

Juncker también ha apuntado el deseo del bloque de iniciar las negociaciones sobre la relación futura "tan pronto como sea posible", si bien ha matizado que ello solo puede ocurrir una vez que se cumpla el proceso de ratificación por parte de los Parlamentos británico y europeo.

"Estamos en un debate a veces nebuloso, impreciso, y me gustaría que sobre este punto haya aclaraciones", ha indicado Juncker sobre las ideas que el Gobierno británico y Westminster tienen para la relación futura.

En este contexto, Juncker ha informado de que la Comisión presentará el próximo miércoles, 19 de diciembre, los planes de contingencia en los que trabaja Bruselas para hacer frente a la eventualidad de un Brexit caótico por la falta de acuerdo en las disposiciones del divorcio.

May llegó a la reunión con sus aún socios europeos con la ambición de lograr "garantías legales y políticas" de que la red de seguridad para el Ulster ('backstop' en la jerga comunitaria) es un mecanismo de último recurso que, de aplicarse, sólo sería de manera temporal.

Una vez en la sala, la 'premier' ha avisado a los líderes de que no debían dejar "nada en la recámara" y que les convenía ayudarle a "cambiar la percepción" del 'backstop', si no querían "correr el riesgo de un 'no acuerdo' accidental", según ha revelado un portavoz del Gobierno británico.

Los Veintisiete, sin embargo, consideraron la exposición de May imprecisa y coincidieron en que no era capaz de garantizar que aún contando con una fecha límite para aplicar la solución irlandesa fuera a conseguir el visto bueno del Parlamento, según han indicado fuentes diplomáticas.

Aunque la primera ministra no ha llegado a pedir expresamente la reapertura del acuerdo de divorcio, sí ha solicitado "garantías jurídicas", algo que mandatarios como el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, han descartado a su llegada a la reunión en Bruselas.

El riesgo de elevar la oferta de declaración política a una de tipo jurídico era que otros Estados miembros vieran la oportunidad de reabrir otros debates que quedaron zanjados en la cumbre de noviembre e intentaran obtener garantías equivalentes en asuntos como el de Gibraltar para España o sobre la pesca, para Francia.

Así las cosas, la primera jornada de Consejo europeo ha concluido con un texto de conclusiones adoptado por los 27 en el que subrayan que el acuerdo para el Brexit "no está abierto a la renegociación" y reafirman su voluntad de establecer una nueva relación con Reino Unido "tan estrecha como sea posible" con un país tercero.

Por ello, se declaran dispuestos a embarcarse en la preparación de la negociación futura "inmediatamente después" de que se firme el acuerdo, con el fin de asegurar que las negociaciones arrancarán tan pronto como sea posible.

Las conclusiones también recuerdan que el 'bacsktop' es una red de seguridad para evitar una "frontera dura" en la isla de Irlanda y proteger la integridad del Mercado Unico, sin olvidar la "firme determinación" de trabajar con celeridad para diseñar una solución alternativa antes del 31 de diciembre de 2020.

Como concesión a May, los líderes reiteran que el plan de emergencia para la frontera irlandesa se aplicará -en caso de ser necesario activarlo- de manera "temporal", sólo y hasta que sea sustituido por un acuerdo mejor que evita la frontera física con controles policiales y aduaneros.