El líder del Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP), Jeffrey Donaldson, ha presentado su inesperada dimisión con "efecto inmediato" tras recibir "alegaciones" en su contra "de naturaleza histórica", si bien posteriormente se ha revelado que habría sido acusado de delitos de índole sexual.

Además de Donaldson, ha sido acusada una mujer de 57 años por complicidad con estos presuntos delitos. Ambos fueron arrestados este jueves e interrogados antes de ser acusados formalmente ese mismo día.

Según la cadena pública 'BBC', el político de 61 años afronta un cargo de violación, entre otras imputaciones, que surgen de una investigación policial que empezó hace unos meses, después de que dos mujeres lo denunciaran. El próximo mes deberán comparecer ante un tribunal, según informa la citada cadena, en base a un comunicado de la Policía.

Varios medios de comunicación británicos e irlandeses se hicieron eco del hecho de que las cuentas de redes sociales de Donaldson desaparecieron el jueves por la noche sin que el partido hubiera hecho comentarios al respecto, una aparición que finalmente se ha dado este viernes.

Al mismo tiempo, el DUP ha informado este viernes de que, según reglamentos del partido, Donaldson ha sido suspendido de la formación al estar "pendiente de un proceso judicial". Su lugar será ocupado por Gavin Robertson, hasta ahora número dos del partido.

Este anuncio tiene lugar después de que Donaldson, el diputado con más años de servicio dentro del Parlamento norirlandés, declarara su intención de integrar al partido dentro del acuerdo de poder con los republicanos en Irlanda del Norte y poner fin así a dos años de boicot institucional tras los acuerdos post-Brexit.

Cabe recordar que la líder del partido 'Sinn Féin para Irlanda del Norte', Michelle O'Neill, se convirtió en febrero en la primera ministra principal republicana norirlandesa desde que se instauraron las instituciones propias como consecuencia del proceso de paz en lo que el propio partido republicano ha calificado de hito "histórico".

Los unionistas se negaron a participar hasta entonces, concretamente, en protesta por el mecanismo comercial instalado tras el Brexit, que dejaba Irlanda del Norte a todos los efectos dentro del mercado común europeo, mientras que las mercancías de Gran Bretaña eran sometidas a controles aduaneros. La solución ha sido un modelo mixto que permite la entrada libre de mercancías de Gran Bretaña, aunque con inspecciones puntuales basadas en un criterio de los servicios secretos por riesgo alimentario o de seguridad.