Viendo algunas imágenes pasaría por un campamento de 'boy scouts' más, pero en realidad es todo lo contrario. Escondido en un bosque en la linde entre Europa y Rusia, los ultras ucranianos lo usan para adiestrar contra los "enemigos de la patria" a chavales y niños, algunos de sólo 8 años que apenas pueden con los fusiles.

Entre clases de tiro y supervivencia, maniobras incluso nocturnas y ensayos de ataques, les deshumanizan. "Nunca disparéis a personas", les dicen los instructores, pero claro, para ellos "los enemigos no son personas".

Y, arma en mano, les enumeran a quienes deberían abatir. Unos de ellos son los "invasores rusos", pero también "todas esas perversiones modernas que se han apoderado de Europa y que tratan de hacer parte del sistema educativo cosas como los valores LGTBI".

Un aberrante campamento juvenil presidido por una preocupante máxima: "Su objetivo último, una Europa blanca".