Pintados por artistas como Rafael o Tiziano
Leon XIV, fotografiado para la posteridad: así es el retrato papal del nuevo pontífice
Los detalles Esta tradición viene de lejos, y es que artistas ilustres como Rafael o Tiziano pintaron a los papas siempre de la misma forma: "sin mirar al espectador, pensativos y en un ambiente majestuoso", tal y como señala Rafael Japón, profesor de Historia del Arte.

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El retrato papal ha sido crucial para conocer la apariencia de los papas antes de la fotografía. Según Matteo Mancini, su uso comenzó en el siglo XV con Nicolás V. Artistas como Rafael y Tiziano los pintaron de manera solemne y reflexiva. El retrato de Julio II, realizado por Rafael en el siglo XVI, introdujo elementos identificativos como el trono y detalles personales, como las bellotas que simbolizaban su apellido, Della Rovere. Retratos posteriores reflejaron eventos históricos, como los de Clemente VII antes y después del saqueo de Roma. Con el tiempo, los retratos mostraron emociones más humanas, como el de Inocencio X por Velázquez. Desde León XIII, el retrato tradicional fue reemplazado por la mediatización, con imágenes de los papas difundidas por medios modernos, manteniendo su simbolismo y conexión con los fieles.
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León XIV ya tiene retrato papal, la única forma que tenemos de conocer cómo fueron los anteriores ocupantes del trono de San Pedro. Y es que estas imágenes han permitido poner cara a los papas antes de que llegara a nuestras vidas las fotografía. Matteo Mancini, director del Departamento de Historia del Arte de la UCM, indica al respecto que "esto empieza a mediados de siglo XV con Nicolás V".
Artistas ilustres, como Rafael o Tiziano, los pintaron, siempre de la misma forma: "No aparece mirando al espectador, sino cabizbajo, pensativo, y en un ambiente majestuoso", señala Rafael Japón, profesor de Historia del Arte de la UAM y del CDL de Madrid.
El retrato de Julio II en el siglo XVI marcó tendencia, con "el trono papal como elemento identificador junto con la indumentaria". Rafael nos mostró a un papa humano, con rostro enfermo, y con elementos alusivos a sus orígenes: "En la silla detrás hay unas bellotas porque se apellidaba Della Rovere, del roble, y del roble las bellotas, por lo que está ahí como símbolo de su familia", explica Myriam Ferreira, profesora de Historia del Arte de UNIR.
Hay retratos que incluso reflejaron hechos históricos, como los de Clemente VII cuando Roma fue saqueada. En este sentido, Matteo Mancini subraya que el pontífice ", antes del saqueo, aparece con rostro desafiante y mirada perturbadora, mientras que en el retrato que se le hace después se ve a un hombre vencido".
Con el paso del tiempo, los rasgos del papa cambian, y se muestran sus emociones. Velázquez retrató a Inocencio X "con el ceño fruncido, menos idealizado". Sin embargo, a partir de León XIII, a principios del siglo XX, todo cambia y el retrato queda atrás. Precisamente, él es el primero en ser filmado en vídeo. En este sentido, Mancini señala que "el proceso que se ha empezado con Juan Pablo II a Francisco es de mediatización del papa".
Desde entonces, la imagen del pontífice nos ha llegado por medios de comunicación, redes sociales, o incluso murales callejeros. Sin embargo, el simbolismo permanece. Son detalles de una figura que los convierte en humanos y los acercan a los fieles.