El asesinato de Kennedy siempre ha estado rodeado de misterio. Según la versión oficial hubo un único tirador que cometió el magnicidio, Lee Harvey Oswald, aunque él decía que sólo era un cabeza de turco.

Dos días después de su detención ocurrió esto se produjo otro asesinato ante las cámaras, el del propio Lee Harvey Oswald, único acusado. El responsable fue un gángster de poca monta sin razón aparente para asesinarlo.

La estancia previa de Oswald en Rusia y las sospechas de que se trataba de un agente de la CÍA, alimentaron la teoría de la conspiración. También lo hizo la explicación oficial sobre cómo una bala entró y salió de Kennedy, y después se desplazó zigzagueando hasta la parte delantera para herir al gobernador de Texas y acabar saliendo por la muñeca. Fue llamada la teoría de la bala mágica.

Esa explicación es mucho más enrevesada que la posibilidad de que hubiera varios tiradores, como defendía el fiscal de Nueva Orleans, Jim Garrison, que veía "absolutamente imposible mantener la teoría del asesino único".

Desde entonces hay 3.100 expedientes permanecen clasificados que suponen interrogantes y teorías conspiratorias repetidamente mostradas en películas o documentales.

Ahora, llega la fecha en que los documentos deben ser desclasificados y el único que puede impedirlo es Donald Trump, pero ya ha avanzado a través de un tuit que permitirá que se abra al público esa información. Sólo mantendrá algunos documentos en secreto si las agencias le dan una razón muy poderosa.