El terremoto que ha sacudido Turquía y Siria dejando miles de muerto también ha terminado modificando el paisaje. El día del seísmo un gran número de edificios se derrumbaron y la tierra, literalmente, se abrió.

laSexta ha visitado las afueras de Tepehan, en la provincia de Hatay, Turquía, una de las zonas más afectadas por el seísmo. Aquí, el terremoto partió en dos un campo de olivos, una imagen que al verla deja claro la gran intensidad del temblor que tuvo lugar el pasado 6 de febrero, superando incluso al que tuvo lugar en 1939.

La grieta es de 400 metros de largo, 200 de ancho y 50 de profundidad. Los vecinos del pueblo pudieron ver desde sus ventanas cómo la tierra se dividía en dos mientras se escuchaba un gran estruendo. Una imagen apocalíptica que deja constancia de la gran fuerza del terremoto.