Cientos de camiones se sitúan a un lado de la frontera y, al otro, directamente parados. Son las consecuencias de los piquetes en el país galo por la subida de carburantes.
Más de un centenar de camioneros españoles llevan atrapados desde el fin de semana en las carreteras francesas. Denuncian, además, las condiciones en las que se encuentran: desabastecidos en medio de la nada.
Las bajas temperaturas, además, les obligan a encender la calefacción y gastar aún más combustible. Mientras, en Irún han improvisado campings hasta que se ha abierto la frontera esta tarde.
Cada día que han permanecido retenidos se estima que han perdido dos millones de euros.