En fila, con lo puesto y unas pocas pertenencias encima, miles de ciudadanos de Florida han abandonado sus casas para refugiarse de Irma. Los agentes dan instrucciones y piden que "se ayuden los unos a los otros" entre el miedo y la angustia de la avalancha de vecinos evacuados.
Cargando con bolsas y maletas, la gente busca cobijo en polideportivos, escuelas o iglesias. Pero es una tarea difícil porque muchos ya están llenos.
Los hay que se lamentan por no haber sido más previsores y tienen que darse la vuelta para buscar otra alternativa. "Somos estúpidos, deberíamos haber venido al refugio hace uno o dos días o haber ido a Chicago el lunes", cuenta una vecina.
Y otros que están totalmente devastados, con la inquietud de si podrán regresar a sus casas: "Estamos preocupados porque nuestro hogar fue destruido por el Harvey y estaba inundado".
Algunos han optado directamente por viajar en avión a otros estados, aunque también es una tarea también complicada por las largas colas frente a los mostradores esperando una solución.
Los últimos en empezar a ser evacuados son los vecinos de las ciudades costeras de Georgia, estado limítrofe con Florida, donde los vientos de Irma ya se han empezado a notar.