En la concentración estaban las mujeres de los policías franceses, frente a la torre Eiffel se han quejado de que sus maridos están desatendidos y en sus pancartas han dicho que están enfadas.

"La situación cada vez es más difícil, con un creciente sentimiento de inseguridad y solo quiero gritar ¡Qué esto pare!, por nuestra seguridad, la de nuestros hijos y la de ellos, los policías", comenta una mujer frente a la Torre Eiffel.

La muerte de otro compañero, a manos de los terroristas, está demasiado reciente y ellas quieren estar ahí para defender sus derechos.

Durante la marcha se han repetido las muestras de cariño, muchas se han acercado hasta los gendarmes que vigilan las calles, algunos no han podido aguantar las lágrimas. Ellas han cogido el relevo de la vigila, cuando compañeros y amigos del joven, Xavier Jugelé le daban su último adiós.

Allí las propias fuerzas de seguridad transmitían su malestar con la, dicen, falta de sensibilidad de las autoridades. A pesar de su pérdida, las banderas solo ondearon a media asta en las comisarias, esta vez, ni la torre eiffel mostró su luto, no apago sus luces.

París está blindado, la seguridad se ha reforzado para la cita electoral pero, ellas se quejan, llevan así demasiado tiempo.