"Lo siento, lo siento de verdad, desde el corazón. Pero si el precio que tenemos que pagar son 590 muertes día tras día, desde mi punto de vista no es aceptable". Con estas palabras y visiblemente emocionada, la canciller de Alemania, Angela Merkel, ha pedido a sus compatriotas que reduzcan al máximo sus contactos durante las próximas fiestas navideñas para detener el fuerte incremento de muertes por coronavirus en el país.

En las últimas 24 horas, Alemania ha registrado su récord de fallecimientos diarios: 519 en solo una jornada, mientras el número total de muertes asciende a casi 20.000 desde que comenzó la pandemia.

Desde el Bundestag de Berlín, Merkel ha pedido más esfuerzos a los alemanes, y lo ha hecho con crudeza. "Si tenemos demasiados contactos antes de Navidad y resulta que es la última Navidad con los abuelos, habremos perdido una oportunidad", ha advertido.

"Deberíamos ser cuidadosos para no destruir demasiadas vidas humanas y mantener la economía funcionando", ha añadido la jefa del ejecutivo alemán, que ya había anunciado medidas restrictivas para la Navidad como limitar a un máximo de diez personas las reuniones familiares en estas fechas. Además, se decretó el cierre de bares, gimnasios y cines para intentar contener el incremento de contagios.