Da miedo salir a la calle en el sureste de EEUU porque los fuertes vientos han arrasado literalmente los tejados de las casas. Muchos afectados han salido, entre escombros, de viviendas pulverizadas por rachas de más de 80 kilómetros hora que han levantado de la tierra incluso a árboles.

El viento se ha llevado poblaciones enteras por delante y ha conseguido tumbar por completo hasta un tráiler.

Al menos diez personas han muerto y sólo este sábado los servicios de emergencia recibieron 387 avisos y se reportaron cuatro tornados. "Las tormentas sonaban como un tren de carga cayendo sobre nosotros", cuenta un afectado.

Lo peor está en el sureste del país, donde cientos de miles de hogares continúan sin suministro eléctrico. El frente mantiene a un total de 19 estados en alerta y avanza hacia el norte con vientos huracanados. Tanto que el lago Michigan ha tenido olas de considerable tamaño.

Está previsto que las temperaturas bajen drásticamente y que el temporal se complique con granizo y nieve que afectará a carreteras y aeropuertos, especialmente el de Chicago, donde ya ha habido más de 1.000 vuelos cancelados y cientos de ellos retrasados.