Los cañones de agua no bastaban y la Policía de Hong Kong acabó cumpliendo su amenaza respondiendo a las protestas con fuego real. Mientras, los manifestantes les lanzaban cócteles incendiarios en una batalla campal que se libró en la universidad politécnica.

Allí, cientos de estudiantes estaban atrincherados y cercados por un cordón policial hasta que, finalmente, los agentes consiguen entrar tras varios intentos fallidos.

En las imágenes se ve cómo arrestan hasta a un médico y sacan a rastras a una alumna que grababa la escena. Fuera, reducen por la fuerza y detienen uno a uno a todo el que intenta escapar.

Sigue la escalada de violencia en el país asiático y las autoridades se plantean incluso cancelar las elecciones municipales del próximo domingo. La Unión Europea, por su parte, pide contención a todas las partes y ha expresado su preocupación tras ver los graves disturbios de los últimos tres días. Protestas que desde junio dejan cerca de 4.500 detenidos y miles de heridos.