La inminente entrada de ayuda humanitaria en Venezuela pone al Ejército contra la espada y la pared. Frente al "leales siempre, traidores nunca", la gran pregunta ahora es qué harán tras el reconocimiento internacional a Juan Guaidó: ¿seguirán siendo fieles a Maduro? ¿Evitarán, y de qué forma, que entre la ayuda?

O, por el contrario, ¿le darán la espalada a su comandante, respondiendo así al llamado hecho por Juan Guaidó? Más presión ha añadido la conferencia episcopal de Venezuela con un comunicado en el que ha pedido que se autorice esta entrada porque, según señala, lo prioritario es la gente más vulnerable.

A ellos, a los casos más urgentes, iría destinada la primera remesa. "La primera ayuda va a ir a los más vulnerables. Hasta 300.000 venezolanos están en riesgo de muerte", ha asegurado el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.

Distintos gobiernos europeos, incluido el español, o el canadiense, que ha anunciado que enviará 50 millones de dólares, contribuirán con fondos. Maduro ya ha rechazado de plano este envío. "A Venezuela no se le puede hacer una promesa falsa de una supuesta ayuda humanitaria. No somos mendigos de nadie", ha cargado el presidente bolivariano.

Temen que la entrada de una vía humanitaria abra la puerta en realidad a una intervención militar. Además de la reacción del Ejército venezolano, otra de las claves es cómo se introduciría la ayuda.

En Cúcuta, en el principal paso fronterizo con Colombia, ya se ha establecido un puesto. La ayuda será gestionada por ONG y por la Iglesia. Juan Guaidó ha anunciado además que ha intentando contactar con Rusia y China, gobiernos que apoyan a Maduro, de momento, sin éxito.