Construyendo mejores ciudades es el eslogan de Lafarage, pero el diario 'Le Monde' desvela que podría se lo contrario, al menos en Siria. Según el periódico francés la cementara más importante del mundo ha tenido negocios opacos con los terroristas de Daesh. "La cementera del grupo francés Lafarge en Jalabiya, en el norte de Siria, pagó impuestos a Daesh entre 2013 y 2014 con el fin de seguir funcionando durante la guerra".


Los reyes del hormigón abrieron la fábrica en 2011, justo cuando estalló el conflicto armado. Dos años más tarde, los yihadistas controlaban el norte del país. Ante una situación cada vez más inestable, Lafarge decidió supuestamente pactar con los terroristas de Daesh para que su producción no se viera amenazada. "La presencia de Daesh en la región ha obligado a la cementera a negociar el paso de sus camiones en los puestos de control de los yihadistas".


Le Monde también destapa que Lafarge usó petróleo refinado de Daesh a través de intermediarios de la zona en un negocio nada transparente. Por el momento no se ha abierto ninguna investigación en Francia, el Gobierno no se ha pronunciado y la empresa se ha limitado a decir que siempre velaron por la protección de sus empleados durante su estancia en Siria.