Con hambre, frío, ansiedad y depresión, más de 2.000 niños y adolescentes refugiados intentan sobrevivir solos en Grecia. Duermen en las calles o en centros de detención. "Son captados para tráfico y trata. Nunca se saben bien los fines para los que se les utiliza. Son víctimas más fáciles para todo tipo de violaciones, abusos o violencia", asegura Lorena Cobas, responsable de Emergencias de UNICEF Comité Español.

Arropados con bolsas de plástico, se enfrentan al invierno con la esperanza de salir de la lista de espera y acceder a un albergue, pero todos están saturados. Es urgente trasladarles desde las islas griegas a la península. "Estamos pidiendo que 7.500 personas se trasladen de las islas. Están ahí hacinadas a consecuencia del acuerdo UE-Turquía, que impide que puedan ir al continente. Están hacinadas sin ningún tipo de atención porque hay sobreexceso de personas, muchos de ellos menores", explica Lara Contreras, responsable de Contenidos e Incidencia de Oxfam Intermón.

Las organizaciones humanitarias piden más financiación para los albergues griegos, pero también la reubicación de estos menores en otros países de la Unión Europea. "Que se agilicen los mecanismos de reunificación familiar, que se concedan visados humanitarios y que cada país, incluyendo a España, asuma la cuota de asilo a la que se comprometió", señala Contreras.

En el mundo hay 28 millones de niños refugiados y migrantes. "El momento de más peligro es el de las rutas, cuando los niños están en camino", asegura Cobas. Mientras Europa celebra la Navidad, miles de niños se enfrentan solos al frío y al peligro.