El brote de ébola más mortífero de la historia de la República Democrática del Congo ha provocado que sólo en el mes de julio se hayan detectado entre 80 y 100 casos semanales y está ya presente en tres provincias del Congo. "La enfermedad ha llegado a las provincias el norte de Kivu e Ituri", comenta a los medios Theo Ngwabidge, gobernador de Kivu.

En el país africano, la OMS ya ha decretado la situación de emergencia internacional y el Banco Mundial ha destinado casi 300 millones de euros para luchar contra el ébola. Según las ONGs, identificar la epidemia sobre el terreno es muy difícil por la desconfianza de la población; uno de cada tres casos se han detectado post-mortem.

Además, los conflictos de la región también complican la situación: casi 200 centros de tratamientos han sido atacados y siete trabajadores humanitarios han muerto.

El ébola es una enfermedad que se transmite a través del contacto con la sangre y fluidos corporales, provoca fiebre hemorrágica y, si no se detecta a tiempo, la tasa de mortalidad es de un 90%.

El brote, que comenzó en agosto de 2018, ya ha afectado a casi 3.000 personas y ha dejado casi 2.000 muertos. Se teme que pueda propagarse a países fronterizos como Ruanda, Burundi o Tanzania.