Las explosiones formaban parte del día a día de la otra guerra libia, la que se libraba contra los terroristas del Dáesh, quienes se habían hecho fuertes los primeros años tras la caída de Gadafi con combates casi cuerpo a cuerpo y casa a casa.

Los peores combates fueron en Sirte, la cuna del defenestrado dictador. Terroristas que ahora, aprovechando el caos y la inestabilidad, pueden volver a ganar terreno. Porque aunque Occidente (Estados Unidos, mayormente) haya dado por derrotado al Dáesh, "quien confunda el desmantelamiento del 'pseudocalifato' con la desaparición de la amenaza yihadista es que quiere engañarse a sí mismo", afirma Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria.

Y aunque hoy en día en Libia están lejos de tener bajo su yugo las importantes zonas que llegaron a acumular, ahora están volviendo a asentarse en forma de grupúsculos separados pero con un mismo objetivo: "Volver a tener ese poder o fuerza de ese califato que tuvo", indica Ricardo García Vilanova, reportero de guerra en Libia.

Ahora le han han añadido otras vías de financiación más modernas que llegan "principalmente de donaciones", asegura García Vilanova. "De hecho, han sacado una aplicación para comunicarse con todos sus seguidores", cuenta el reportero.

Y aunque ahora mismo Occidente no somos su objetivo número uno, estamos en la lista. Una amenaza latente, la del Daesh en Libia, pero muy preocupante.