Un tribunal ruso ha condenado al destacado opositor Vladimir Kara Murza a 25 años de cárcel por varios delitos, incluida la alta traición, y le ha prohibido ejercer el periodismo durante siete años. Una sentencia considerada la más dura dictada nunca contra un crítico del Kremlin.

Kara Murza, que ya estaba considerado por las autoridades rusas como un agente extranjero y tiene pasaporte británico, ha sido condenado este lunes por traición, difusión de información falsa sobre las Fuerzas Armadas y cooperación con una organización indeseable, delitos por los que ha sido sentenciado a una larga condena en una cárcel de máxima seguridad. Además, el tribunal también le ha impuesto una multa de 400.000 rublos (el equivalente a unos 4.470 euros).

Esta es la pena más dura impuesta por la Justicia rusacontra un opositor y su caso ha adquirido relevancia también a nivel internacional. De hecho, en la vista de este lunes han acudido representantes de varias embajadas, incluida la de Estados Unidos, de acuerdo con la agencia Interfax. La defensa de Kara Murza ya ha anunciado que recurrirá la condena.

Durante años, la suya ha sido una de las voces críticas con el Kremlin más reconocibles y ha sobrevivido a dos envenenamientos. Fue detenido en abril del año pasado, con la invasión de Ucrania ya iniciada, y su situación ha sido criticada en varias ocasiones por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos, que ahora han rechazado también su condena.

"El veredicto contra Vladimir Kara Murza es una parodia judicial", ha lamentado el encargado de Europa y Asia Central de Human Rights Watch, Hugh Williamson, que ha reclamado a las autoridades rusa que anulen "inmediatamente" la pena y liberen de manera "incondicional" al opositor, que fue distinguido recientemente con el premio de Derechos Humanos Vaclav Havel del Consejo de Europa.

Kara Murza era hasta su detención la principal figura política de la oposición que quedaba libre en Rusia, después de que el resto de disidentes hubiesen acabado en el exilio, asesinados -como su amigo Boris Nemtsov, tiroteado en Moscú en 2015- o encarcelados -como Alexéi Navalni, cuya salud precisamente ha empeorado en las últimas semanas-.

El propio acusado ha denunciado durante el proceso que el juicio contra él había "sobrepasado los de los disidentes soviéticos en los 60 y los 70" y clamó estar entre rejas "por las ideas políticas", según Bloomberg. Sin embargo, se mostró "orgulloso" de sus posicionamientos: "Por hablar contra la guerra en Ucrania, por luchar durante muchos años contra la dictadura de Vladímir Putin".

Por su parte, la esposa de Kara Murza, Evgenia, se ha mostrado "infinitamente orgullosa" de la labor opositora de su pareja, y ha apuntado que la sentencia a 25 años de prisión es "un sobresaliente" al "coraje, consistencia y honestidad" a sus años de trabajo.