Estados Unidos ha ganado este viernes un recurso ante el Tribunal de Apelación de Londres contra un fallo del pasado enero que había denegado la extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a ese país por riesgo de suicidio. Los jueces de este tribunal han concluido que el Gobierno estadounidense ha ofrecido suficientes garantías de que Assange recibirá el trato adecuado para proteger su salud mental y dictaron que puede ser extraditado.
En concreto, la Justicia se mostró satisfecha con el compromiso, por parte del estado norteamericano, de no retener al activista en una prisión de máxima seguridad y de ser trasladado a Australia -donde nació Assange- para cumplir su condena si es declarado finalmente culpable. Así, el fallo a favor del Gobierno de EEUU acerca a Assange un poco más hacia la extradición. No obstante, aún quedan obstáculos que sortear.
Ahora, el caso debe remitirse nuevamente a la Corte de Magistrados de Westminster para decidir si Assange debe ser finalmente extraditado o no a Estados Unidos. Además, su equipo legal puede recurrir el fallo. De hecho, ya han avanzado que van a agotar todos los recursos tanto nacionales como internacionales de cara a la apelación ante la Supreme Court y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Así se desprende del comunicado de la International Legal Office for Cooperation and Development (Oficina Legal Internacional para la Cooperación y el Desarrollo, ILOCAD por sus siglas en inglés), en el que el coordinador de la defensa de Assange, Baltasar Garzón, ha mostrado su más profundo desacuerdo con la decisión de la 'High Court'.
Con esta decisión, que recurriremos ante el Supremo, se pone en riesgo evidente la vida de nuestro patrocinado"
Entiende Garzón que con esta decisión judicial se consuma la persecución política desencadenada por Estados Unidos contra WikiLeaks y Julian Assange por haber denunciado hechos gravísimos que afectaban a la seguridad de todos. "Con esta decisión, que recurriremos ante el Supremo, se pone en riesgo evidente la vida de nuestro patrocinado", se señala en el escrito, en el que aseguran que defenderán a través de todas las vías "a quien no ha cometido delito alguno y ha resistido heroicamente y con coraje durante más de 11 años la persecución por defender la libertad de expresión y acceso a la información".
Las autoridades estadounidenses acusan al activista, de 50 años, de numerosos cargos criminales. Quieren procesarle por 18 presuntos delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de su portal digital WikiLeaks, penados con hasta 175 años de cárcel en ese país.
De hecho, las autoridades estadounidenses y de otras potencias occidentales consideran a Assange un enemigo peligroso cuyas filtraciones pusieron en peligro la vida de, entre otros los agentes cuyos nombres aparecen en el material filtrado. No obstante, los partidarios del activista lo ven como un héroe 'anti-establishment' que ha sido víctima de Estados Unidos por exponer las malas prácticas de este país en lugares como Afganistán e Irak.