El fallecimiento de Julianna Snow, una menor de EEUU, ha reabierto el debate internacional sobre la eutanasia y su aplicación en niños. Julianna tenía cinco años y desde los dos se le diagnosticó una grave enfermedad neuromuscular.

Según publica CNN, desde los cuatro años no tenía movilidad en los brazos y en las piernas y, además, necesitaba ser alimentada a través del estómago. Su situación le obligaba a pasar frecuentemente por el hospital. Al ver cómo sufría, sus padres, decidieron preguntarle si quería continuar con el tratamiento, teniendo en cuenta todo lo que implicaba. La niña dijo que no.

Julianna Snow afirmó que prefería "ir al cielo". Durante los últimos 18 meses, la niña ha tenido cuidados paliativos y finalmente ha muerto.