James Holmes, el presunto autor del tiroteo el pasado verano en un cine de Aurora, Colorado, en el que murieron 12 personas y otras 70 resultaron heridas, se declarará no culpable por inestabilidad mental.

Holmes, que está acusado de 166 cargos relacionados con la matanza, quiere ingresar en un psiquiátrico, evitando así la cárcel y la pena de muerte.

La defensa de Holmes reveló que el acusado aceptaba declararse culpable a cambio de una condena a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, pero la fiscalía rechazó el acuerdo.

Este cambio en la estrategia de la defensa pasa por argumentar que Holmes sufre problemas mentales y presentará varias mociones para asegurarse de que el acusado acaba internado en un centro psiquiátrico y no en la cárcel.

El juez advirtió previamente que si Holmes alega enfermedad mental y se declara no culpable, deberá someterse a una prueba de polígrafo o exámenes psiquiátricos "narcoanalíticos", como el conocido "suero de la verdad", para determinar si está lúcido y miente.

La defensa considera esas técnicas anticonstitucionales y ha criticado las leyes del estado de Colorado por permitirlas, así como por no respetar la confidencialidad médica si el acusado declara enfermedad mental.

En caso de alegar locura, algo que le permitiría un régimen de reclusión mucho más leve, el juez ha adelantado además que se deberán conocer todos sus antecedentes psiquiátricos.

Los familiares de las víctimas han puesto en duda la enfermedad de Holmes, ya que éste planeó cuidadosamente el ataque al cine y llenó su apartamento de trampas explosivas con la aparente intención de despistar a la policía y poder actuar con mayor impunidad en la sala de cine.