Italia endurece las restricciones ante el alza de los contagios de coronavirus y obligará a todos los viajeros de la Unión Europea a presentar un test negativo de coronavirus para entrar en el país. La medida, que ya aplican otros países vecinos como Portugal, entrará en vigor este jueves, 16 de diciembre, y se impondrá hasta el 31 de enero, con el objetivo de proteger a la población durante las fiestas navideñas.

Mientras los pasajeros vacunados estarán obligados a realizarse una prueba COVID-19 y presentar resultados negativos para poder acceder a Italia, las normas son más estrictas para aquellos que todavía no se hayan vacunado. Además de contar con un test negativo, deberán cumplir una cuarentena de cinco días al entrar al país.

En las últimas 24 horas, el país ha registrado más de 20.000 contagios y 120 muertos. Pero no solo en Italia, la variante ómicron está acelerando su incidencia por todo el mundo con cifras nunca vistas antes con otras variantes. Está presente ya en 77 países aunque las autoridades sanitarias creen que podría estar en la mayoría de países aunque todavía no se haya detectado.

Por eso, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han lanzado una advertencia para pedir a la población que no baje la guardia. Además de preocupados por la rapidez con la que se extiende esta variante, el organismo internacional ha mostrado preocupación porque creen que la población la considera una variante leve, e insisten en que no hay que subestimar al virus porque es peligros.

La jefa técnica de la OMS para el COVID-19, Maria Van Kerkhove, ha calificado esta nueva variante como "un nuevo trsumani de infecciones por el mundo", y ha lanzado un mensaje rotundo a los gobiernos: "No esperéis para actuar".