El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a Italia por al falta de asistencia legal y la ausencia de un traductor profesional en el interrogatorio de Amanda Knox, la joven estadounidense acusada por la muerte de su compañera de piso mientras ambas estudiaban en la ciudad italiana de Perugia en 2007. Italia debe indemnizar a Knox con 18.400 euros por la violación de sus derechos que derivaron en una condena por calumnias.

Si bien el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló que Knox sí había sido mal asesorada, descartó que hubiese sido sometida a un trato degradante y que hubiese sido abofeteada por la policía dos veces, como ella declaró.

Después de siete años de trámites judiciales, en 2015 Knox fue absuelta de la muerte de su compañera británica y fue condenada a tres años de cárcel por calumnias, una pena que ya había cumplido durante su estancia en prisión preventiva. Según la estadounidense, las "violencias" y "amenazas" que sufrió por parte de los policías a los largo de su interrogatorio la llevaron a acusar erróneamente de la muerte al músico marfileño que regentaba el bar en el que trabajaba Knox.

Knox y su pareja por aquel entonces, Raffaele Sollecito, fueron detenidos y condenados por el asesinato de Meredith Kercher, una estadounidense de 21 años que se encontraba en Italia con una beca Erasmus. Estraburgo apunta en la sentencia que durante el interrogatorio no estuvo presente un abogado, pero sí una empleada de la comisaría que hizo las labores de interprete. Italia debe pagar a Knox 10.400 euros por daños, más otros 8.000 por las costas del proceso.