En plena madrugada del martes 13 de abril, 20 soldados invadieron la casa de Juana Ruiz Sánchez cerca de Belén, en Israel, y la detuvieron sin motivo, sin cargo alguno en su contra. "Estaba durmiendo con su marido tranquilamente y de repente se produjo una invasión militar de su domicilio y se la llevan detenida sin explicación; fue una detención con una intención claramente intimidatoria", ha explicado Begoña Lalana, abogada y portavoz de la familia.

Desde entonces, esta madrileña de 60 años, trabajadora humanitaria, sigue encerrada en una prisión. "A estas alturas, y después de tantos días de detención, ni siquiera conocemos las causas", ha apuntado Lalana. Juana ha comparecido ante un tribunal militar en tres ocasiones, y en ninguna se le ha informado de qué se le acusa. Este lunes lo ha hecho por cuarta vez. Según su abogada, ella está "intranquila por la indefensión en la que se encuentra".

La jurisdicción militar del país permite prolongar hasta 75 días el arresto de sospechosos para su interrogatorio, pero el entorno de Juana espera que en las próximas horas quede en libertad. "Juana no ha hecho verdaderamente nada irregular en su vida. Es una mujer que lleva toda su vida trabajando en la solidaridad con personas necesitadas de protección", ha expuesto Lalana.

Casada con un palestino, Juana lleva más de 35 años viviendo cerca de Belén y ha dedicado su vida a mejorar la salud de los palestinos, gestionando a través de una ONG recursos y ayudas sanitarias. Al igual que ella, otros dos compañeros de su misma organización han sido también detenidos; también sin cargos, y ellos ni siquera han pasado aún ante un juez.