Un bombardeo israelí sobre un campamento de desplazados ha matado al medio centenar de personas en la madrugada de este lunes en el barrio de Tal al Sultan, al noroeste de Rafah. Un ataque que ha sido confirmado por el Ejército israelí, que asegura que iba dirigido contra dos altos cargos de Hamás.

El Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por el grupo islamista, ha informado este lunes de que al menos 45 palestinos, entre ellos al menos 23 mujeres, niños y personas mayores, han muerto en el ataque contra el campamento. El balance de víctimas mortales de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza asciende así a 36.050 muertes desde el 7 de octubre, mientras que al menos 81.026 personas han resultado heridas, aunque se estima que millares de muertos siguen bajo los escombros.

Por su parte, el Ejército de Israel ha confirmado el ataque de su aviación en la zona, "basado en inteligencia precisa" y asegura que estaba dirigido contra dos altos cargos de Hamás, el comandante de su división para Cisjordania, Yassin Rabia, y otro alto mando de esa misma división, Khaled Nagar. "El ala de Hamás en Judea y Samaria [Cisjordania ocupada] es responsable de la planificación, financiación y ejecución de ataques terroristas en toda Judea y Samaria y dentro de Israel", reza un comunicado castrense sobre ese ataque en Tal al Sultan, barrio de Rafah que las fuerzas israelíes aún no habían ordenado evacuar y que acogía a cientos de desplazados.

Imágenes difundidas en las redes sociales palestinas muestran un gran incendio provocado por el bombardeo aéreo sobre las tiendas de campaña provisionales en Tal al Sultan. "Tenemos conocimiento de informes que indican que, como resultado del ataque y del fuego que se inició, varios civiles de la zona resultaron heridos. El incidente está bajo revisión", ha reconocido el Ejército israelí sobre el ataque.

"Nunca antes en la historia se había empleado un número tan grande de herramientas de matanza en masa frente al mundo como está sucediendo ahora en Gaza, donde la población se ve privada de agua, alimentos, medicinas, electricidad y combustible, aplastando la infraestructura y destruyendo todas las instituciones", ha denunciado a su vez el Ministerio de Sanidad gazatí. Según sus datos, en las últimas 24 horas han muerto 190 palestinos en nuevas masacres, incluida esta en la supuesta "zona segura" de los campamentos al oeste de la ciudad de Rafah.

El ataque israelí en Rafah se produce horas después de que Hamás lanzara desde ese punto de la Franja, según el Ejército, ocho cohetes hacia el centro de Israel, incluido Tel Aviv, por primera vez en varios meses, un ataque que no causó daños graves ni heridos.

También el portavoz del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Nabil Abu Rudeina, ha condenado este "ataque deliberado del ejército de la ocupación" sobre tiendas de desplazados en Rafah, provocando una "masacre que ha superado todos los límites y requiere una intervención urgente para detener inmediatamente estos crímenes contra el pueblo palestino".

En Cisjordania, cientos de palestinos han salido a las calles en diversas ciudades, incluido en puntos calientes como Yenín o Tulkarem, en protesta por este ataque, que se produce después de que el pasado viernes la Corte Internacional de Justicia ordenara a Israel detener inmediatamente su ofensiva en Rafah, ante lo que el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha hecho oídos sordos.