Salir a protestar puede llegar a costar la vida a los ciudadanos iraníes. El régimen de Irán ha condenado a muerte a uno de los manifestantes que ha participado en las protestas por Mahsa Amini, que morirá ahorcado por "incendiar un edificio gubernamental".

Por el momento, no se conoce la identidad del condenado, al que también se le imputa perturbación del orden público y conspiración para cometer crímenes contra la seguridad nacional. La Unión Europea ha aprobado nuevas sanciones por esa brutal represión del gobierno iraní, como ha compartido Josep Borrell.

"Hoy vamos a aprobar un nuevo paquete de sanciones contra la gente responsable de la represión contra los manifestantes", asegura. A principios de noviembre, el rapero kurdo-iraní Saman Yasin era sentenciado a muerte por sus letras contra el régimen y dios, así como por apoyar la revuelta social tras la muerte de Mahsa Amini.

Según la organización 'Iran Human Rights', una veintena de personas se enfrenta a cargos castigados con la pena capital por las manifestaciones antigubernamentales.

Desde el inicio de las protestas, las ONG denuncian el arresto de 12.000 manifestantes, entre los que se encuentran los españoles Ana Baneira y Santiago Sánchez. Un panel de expertos independientes que investigan par Naciones Unidas contabiliza al menos 304 muertes durante las protestas.