Un año y medio después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, el comité legislativo que lo investiga apunta al papel central de Donald Trump en lo que considera la "culminación de un intento de golpe de Estado".

Así lo ha señalado este jueves el presidente de la comisión investigadora, el demócrata Bennie Thompson, que ha asegurado que el exmandatario republicano estaba en el "centro" de la "conspiración" para lograr mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones presidenciales.

Thompson y la vicepresidenta del comité investigador, la republicana Liz Cheney, han descrito una conspiración tramada con el mayor detalle y con "siete pasos". "El expresidente Trump fue el que citó a la muchedumbre, el que la congregó y quien encendió la llamada de este ataque", ha asegurado Cheney, una de los dos legisladores republicanos que integran el comité, de mayoría demócrata.

Trump no ordenó el despliegue de la Guardia Nacional

Además, no fue Trump quien dio la orden de desplegar a la Guardia Nacional ante el asalto a la sede de la democracia estadounidense. Durante la audiencia del comité, la primera que se realiza de forma pública, se ha mostrado un vídeo del jefe del Estado Mayor, Mark Milley, donde afirma que el entonces vicepresidente Mike Pence fue quien ordenó a las tropas que respondieran al ataque.

Milley, que sigue siendo el oficial militar de mayor rango del país, también sostiene que el jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, ese día le dijo que no se debía dejar ver que el vicepresidente estaba tomando el control y que la narrativa tenía que ser que Trump "todavía estaba a cargo".

La ultraderecha, tras el ataque

Otra de las conclusiones del comité es que el grupo ultraderechista Proud Boys estuvo detrás del ataque al Congreso estadounidense y que, antes del asalto del 6 de enero, entre 250 y 300 de sus miembros acudieron a examinar la sede parlamentaria.

Además, el comité ha mostrado un escalofriante vídeo de algunos de los actos más violentos perpetrados por la turba que irrumpió en el Capitolio para evitar que se certificara la victoria electoral de Joe Biden. Entre el público estaba el agente afroamericano Harry Dunn, que fue objeto de ataques racistas el día del asalto, y Serena Liebengood, viuda de un agente que se suicidó días después. A ambos se les caían las lágrimas durante la proyección.

Además, se ha mostrado un vídeo de cómo unos manifestantes atacaban a la policía Caroline Edwards, una de las primeras en responder al ataque y que sufrió una fuerte lesión cerebral. Edwards, una de las testigos, ha descrito lo ocurrido como una "carnicería" y una "zona de guerra" en la que se "resbalaba con la sangre de la gente".

El comité investigador ha llegado a estas conclusiones, presentadas este jueves en su primera audiencia pública, tras revisar más de 140.000 documentos y entrevistar a más de un millar de testigos, entre ellos la propia hija de Trump, Ivanka Trump, que admite no creer las acusaciones de su padre de fraude electoral.