Las calles de Bardonecchia, una población cerca de Turín, quedaron inundadas por un denso lodo tras una tormenta relámpago. Una riada de lodo arrasó con todo a su paso y algunos testigos la han descrito como "un tsunami, pero en el río": "Parecía el fin del mundo".

Las autoridades han activado las alarmas también para este lunes ya que se esperan más lluvias en la zona en las próximas horas. El gobernador regional de Piamonte, Alberto Cirio, ha señalado que no hay víctimas y que las cinco personas que en principio se creía desaparecidas habían sido localizadas. Cirio ha asegurado que los daños eran significativos y que ya se había puesto en contacto con el gobierno nacional para pedir ayuda.

Pero en la zona cero de la catástrofe, las casas se han quedado reducidas a escombros tras el 'tsunami' de lodo y rocas ha acabado con todo. "Parecía el fin del mundo, a las 10.15 estaba viendo la TV. Escuché un tremendo ruido, pensaba que era un trueno, se apagó la televisión y después el estruendo loco", ha narrado una vecina de Bardonecchia

La riada ha sorprendido y conmocionado a los residentes y turistas de la localidad. Y algunos hablan de "un tsunami, pero en el río": "Lleno de piedras, fango, nos hemos asustado y nos hemos puesto a salvo". Por otro lado, un turista que se alojaba en un hotel ha explicado "no hay agua ni gas" y que "no se puede comer, ni siquiera han podido tomar el café".

Mientras, los servicios de emergencia trabajan sin descanso. Más de 100 personas han sido evacuadas y la recomendación para los que se han quedado es clara: "Pedimos a la población que se queden en sus casas". Así lo ha informado la alcaldesa de la localidad, Chiara Rossetti.

Lo que ha ocurrido es un fenómeno que se conoce como inundación relámpago. Álvaro Navarro, meteorólogo de laSexta, ha explicado que hay tormentas en "gran parte de Centroeuropa", pero en Italia ha descargado una gran cantidad de agua en un punto muy concreto, en una montaña, que ha provocado un derrumbe. Las alarmas en la región se mantienen porque se espera que, en las próximas horas, siga lloviendo y se teme que lo ocurrido pueda volver a ocurrir.