En medio del luto, crece en Alemania el debate sobre el acceso a las armas. Desde la matanza de Múnich, cuyo autor tuvo acceso a un arma ilegal, el Gobierno germano se plantea endurecer el control. En el país hay seis millones y medio de armas legales, el triple que ilegales.

Nacido y criado en Baviera, aunque de origen iraní, Alí David Sonboly parecía un adolescente más, pero nada más lejos de la realidad. En realidad, era introvertido, deprimido y víctima de acoso escolar. Todo ello, sumado a un arma de 9mm, cuyo origen investigan las autoridades, y mucha munición, fueron los ingredientes necesarios para esta tragedia.

A los 18 años, ya había leído todo lo que había podido sobre matanzas en solitario. "Todo parece indicar que se inspiró en el caso de Anders Breivik", explica Hubertus Andrae, jefe de la Policía de Múnich. El ataque fue fruto de un acto de venganza planificado, ya que antes del incidente, el chico habría hackeado una cuenta de Facebook para reunir a sus víctimas en el restaurante donde se sucedieron los hechos.