Continúa la tensión en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, donde miles de migrantes permanecen atrapados en condiciones gélidas. Imágenes de este viernes por la noche muestran cómo las tropas bielorrusas intentaban derrumbar el muro improvisado por el gobierno polaco.

Para los refugiados que aguardan al otro lado, "si entras ahí no puedes volver", según explica el periodista y activista polaco Karol Wilczyński. "Estas personas están literalmente forzadas a permanecer ahí, en campos construidos por militares bielorrusos", señala. Wilczyński pone el ejemplo de una familia yemení a la que conoció en la frontera, formada por un matrimonio con tres hijos: "Me suplicaron de rodillas 'por favor, dejadnos volver a Yemen'", relata.

Miles de personas se aglomeran en el paso fronterizo de Kuznika. Daniel Gil, politólogo y analista internacional, explica que "desde la región rusa de Kaliningrado hasta Bielorrusia hay una franja de territorio de aproximadamente 90 kilómetros que es territorio europeo": la frontera entre Polonia y Lituania, conocida como el corredor de Suwalki, que hoy Aleksandr Lukashenko desestabiliza con esta crisis migratoria.

Sin embargo, para los analistas esta situación tiene intereses mucho más allá. "Rusia ya controla Kaliningrado, si controlara o tuviera presencia militar en la frontera bielorrusa, tendría una posición con la que presionar a la OTAN", apunta Gil.

Aunque el presidente ruso, Vladímir Putin, niega estar tomando parte en esta crisis, los expertos creen que a Moscú le interesa que Bielorrusia quede como una "buffer zone", según explica Mira Milosevich, investigadora principal del Real Instituto Elcano. Es decir, una zona de seguridad o 'amortiguamiento' que proteja sus fronteras.

Para eso, Putin necesita a Lukashenko, a pesar de que la relación entre ambos, según apunta Milosevich, "nunca ha sido buena". Pero el mandatario bielorruso también necesita a Putin: en este sentido, Fernando Arancón, director de 'El Orden Mundial', señala que "en tanto que a menudo entra en crisis y le salva Rusia, Rusia sí que obtiene concesiones". Las últimas se traducirían en la instalación de misiles en la ciudad bielorrusa de Grodno, cercana al corredor de Suwalki.