Los doce encapuchados querían lo que había en sus dispositivos electrónicos y documentos e intentaron, incluso, cortarle el dedo para intentar a acceder a ellos. Ese es el estremecedor relato de Elena Miláshina, la periodista rusa atacada ayer en Chechenia.

"Intentaron contarme el dedo para poner en el iPhone, pero como no lo captaba dejaron de cortar", ha relatado a las cámaras. La periodista defiende que no eran unos aficionados. "Sabían sus posibilidades", añade.

Nada más aterrizar en Chechenia ya notaron que los perseguían. Pero no les interceptaron hasta subirse al taxi. "Me ataron las manos y a Sasha lo apuñalaron", recuerda. La golpearon con barras metálicas, la raparon el pelo y le tiraron pintura.

Miláshina es conocida por sus reportajes de investigación en Chechenia. Algunos sobre el colectivo LGTB. Ya tuvo que huir de Rusia en 2022 por hacer su trabajo. No quería acabar como Anna Potikovskaya, también periodista de Novaya Gazeta, que fue asesinada en Moscú. Precisamente a esa ciudad volaba anoche Miláshina.

La periodista está ingresada para recuperarse de una conmoción cerebral.