laSexta ha accedido a algunos de los datos del informe psicológico de Christian Brückner, el presunto asesino de Madeleine McCann que está siendo investigado por la fiscalía de la ciudad alemana de Braunschweig. Se trata de un análisis que se realiza a todos los presos alemanes cuando ingresan en centros penintenciarios.

Ese estudio, elaborado psicólogos de la cárcel alemana de Kiel, perfila a este delincuente como una persona muy narcisista, solitaria -se hizo un estudio de su vida en el Algarve portugués y prácticamente no se relacionaba con nadie-, mentiroso compulsivo y psicológicamente inestable.

Además, ese informe destaca una patricularidad poco común en sociópatas como él: es un violador de mujeres adultas y además de menores. De hecho, una de sus primeras condenas fueron por unos hechos sucedidos en 2005 en la región del Algarve portugués. Allí entró en la vivienda de una mujer estadounidense de 72 años, la arrastró por la casa, la ató, la golpeó, la violó y la obligó a darle dinero antes de irse. Por este delito fue condenado siete años de prisión 14 años después de los hechos.

Un hecho que contrasta con las últimas revelaciones de la investigación de este sujeto: en septiembre de 2013 manifestó su fantasía por secuestrar y abusar de un niño pequeño. Le escribió a un conocido a través de un servicio de mensajería que sentía el deseo de "cazar algo pequeño y utilizarlo durante días". Su interlocutor le señaló que se trataba de algo peligroso y Christian Brückner restó importancia a esas palabras: "Bah, si luego se eliminan las pruebas".

Pero su obsesión con los más pequeños viene de más lejos, de hecho, una de sus primeras condenas fue por abusos a menores: en 1994, cuando solo era un adolescente, fue condenado en Alemania por abusar sexualmente de un niño, intentar hacer lo mismo con otro y por realizar actos sexuales frente a otro menor.

Además de la investigación abierta por el presunto asesinato de Madeleine McCann, Brückner está siendo investigado por otro posible secuestro, el de la niña alemana Inga, que desapareció a los 5 años de edad en el estado de Sajonia-Anhalt, en Alemania, en la primavera de 2015 cuando realizaba una excursión en familia.

Brückner se encontraba por esas fechas en un terreno a 90 kilómetros de distancia del lugar en que fue vista la niña por última vez; éste fue registrado un año después por la Policía, que encontró un USB que contenía pornografía infantil pero ningún rastro del paradero de Inga. Además, en 2016 fue sentenciado por el Tribunal de Braunschweig a un año y tres meses de cárcel por tenencia de pornografía infantil.

La Fiscalía alemana insiste en que Madeleine McCann está muerta, sin embargo, la policía británica, Scotland Yard, asegura que hasta que no se encuentre el cadáver hay que seguir investigando.

La Policía alemana, que trabaja estrechamente junto a la Metropolitan Police y la Policía Judiciária portuguesa ha ofrecido una recompensa de 10.000 euros a cualquier persona que proporcione inormación de valor que ayude a resolver el caso. De hecho, ha lanzado una web para que se puedan aportar fotografías u otros archivos que contengan pruebas sobre el caso.