Los talibanes siguen avanzando con la estrategia de retomar el control de los distritos de Afganistán en los que en los años 90 tuvieron una mayor resistencia. "Están poniendo toda la carne en el asador para intentar realizar las mayores conquistas posibles antes de la llegada del invierno, que detendrá un poco la guerra", afirma Amador Guallar, periodista y escritor.

De momento, ya controlan varios pasos de frontera, como el de Pakistán. En este sentido, Ana Ballesteros, investigadora senior asociada a CIBOD, indica que "se han hecho con el control del transporte de mercancías y de tasas". "Están intentando controlar la economía del país para forzar a las élites a que se rindan y acepten su gobierno", subraya.

"La situación de la mujer en Afganistán es el horror más absoluto"

Y quieren hacerlo con sus normas, las mismas que impusieron en los años 90 y que están imponiendo ahora, aunque ellos lo desmienten, como la "ejecución pública de mujeres, la lapidación, la prohibición de que las mujeres conduzcan o salgan solas de casa sin que las acompañe un hombre de la familia", tal y como señala Guallar, quien lamenta que "la situación de la mujer en Afganistán es el infierno puro y duro; el horror más absoluto que nos podamos imaginar".

Además, obligan a las mujeres solteras y viudas de entre 15 y 45 años, a casarse con sus guerrilleros. Los talibanes niegan que sea cierto, pero lo cierto es que "están reuniendo nombres de las mujeres solteras y viudas de las diferentes zonas", tal y como denuncia Ballesteros. Esto es una evidencia más de que nada ha cambiado en comparación con las normas retrógradas de los años 90.