El cruel arresto de un niño de tan solo ocho años con discapacidad indigna a Estados Unidos. Ocurrió en un colegio de Cayo Hueso, Florida, en 2018, pero el vídeo de su detención ha salido ahora a la luz, consternando a las redes sociales.

En las imágenes, se observa como, pese a su corta edad, uno de los agentes cachea y esposa al menor. Una desproporcionada actuación que ha llevado a la familia del pequeño a anunciar acciones legales.

Así lo ha indicado su abogado, Ben Crump, conocido por representar casos de afroamericanos víctimas de abuso policial, como George Floyd. El letrado es quien ha hecho público el vídeo, donde se ve al policía bregando para colocar las esposas al niño, ya que este es demasiado pequeño.

Las redes sociales explotaron ante las imágenes y varias personas se han preguntado dónde está la ayuda terapéutica al menor en vez de la opción policial de recluirlo en un centro de detención del condado de Monroe.

La familia demandará

Crump anunció en un comunicado que presentará una demanda contra la ciudad de Cayo Hueso, el distrito escolar del condado de Monroe y los agentes a cargo del arresto, en representación de la madre, Bianca Diegennaro.

"Pese a que no significaba ninguna amenaza para los agentes ni para el personal de la escuela, el menor fue puesto en el asiento trasero de un vehículo policial, llevado a un centro de detención y acusado del delito de agresión", se lamenta el abogado.

"Con 3,5 pies de alto (1,07 metros) y 64 libras (29 kilos) de peso, este pequeño no representaba peligro para nadie", agrega.

Según ha explicado el abogado de la familia, pese a que el niño estaba en un Programa Individualizado de Educación porque tiene discapacidades, fue dejado a cargo de una profesora sustituta que "no sabía o no le preocupaban" sus necesidades especiales. Asimismo, detalla que la maestra lo forzó a moverse adonde ella quería, a lo que el niño respondió con agresividad.

La docente llamó entonces a la policía, que amenazó al niño con la cárcel y le dijo que tenía un problema muy serio. "Este es un ejemplo angustioso de cómo nuestro sistema y nuestras políticas educativas entrenan niños para ser criminales tratándolos como criminales. Si es condenado este niño será un criminal convicto a los ocho años", denuncia Crump.