Fue una situación "profundamente vergonzosa", subrayó el ministro de Interior sajón, Markus Ulbich, para criticar a quienes, en lugar de ponerse en la piel de los refugiados, cruzaron coches en la calle para bloquear el autobús en el que viajaban hombres, mujeres y niños y les insultaron.

En las redes sociales y en los principales medios digitales del país comenzaron a circular dos presuntos vídeos de los sucesos, en los que se ve a decenas de personas que se sitúan frente al autobús gritando con los brazos en alto, mientras tras los cristales del vehículo se aprecian los rostros de los refugiados.

Una mujer con pañuelo en la cabeza parece responder a los insultos, mientras que un niño con un anorak azul llora al ver que tiene que bajar del autobús entre el griterío y las voces de "Wir sind das Volk" ("Somos el pueblo"), lema utilizado por la oposición al régimen comunista en la última etapa de la RDA y retomado ahora por grupos xenófobos como Pegida.

El alcalde de Rechenberg-Bienenmühle, Michael Funke, mostró su consternación por lo sucedido, pero quiso dejar claro que la mayoría de los que allí se encontraban no querían pelea, sino ver quién llegaba a Clausnitz. A su juicio, la protesta no iba dirigida contra los refugiados en sí mismos, sino contra la política en general.

La indignación de los lectores y de los usuarios de las redes sociales en Alemania fue creciendo a lo largo del día ante un suceso que se suma a un goteo de agresiones a albergues de refugiados en el país. Uno de los últimos ataques tuvo lugar en la noche del 18 de febrero en la localidad de Löbau, también en Sajonia, donde dos jóvenes de 16 y 26 años fueron detenidos tras lanzar sendos cócteles molotov contra la fachada de un albergue. El juez ha enviado a ambos a prisión acusados de intentar provocar un incendio y violar la legislación de armas.