India desbanca a China como el país más poblado del mundo. El gigante surasiático tendrá, cuando acabe el año, tres millones más que China, que sido el país más poblado del mundo durante casi tres siglos y que por primera vez en 60 años pierde población tras décadas de políticas de nacimiento 'cero'.

Un hecho que teme que pueda afectar a su economía. Ahora, el gigante asiático pasa a incentivar los nacimientos ante el temor de perder su hegemonía mundial con la caída de la mano de obra. Jorge Fonseca, profesor honorífico de Economía Internacional de la UCM, asegura que "India y otros países la sustituirán en la producción de bienes de menor valor añadido y más bajos salarios".

Sin embargo, la reducción de población también le traerá efectos positivos, y así lo destaca el experto: "Reducirá su necesidad de recursos y la hará más sostenible económica y medioambientalmente". Aún así, China no quiere ver cómo su población envejece y ya ha introducido incentivos para promover la fecundidad.

No es el único país en el mundo que lo hace. De hecho, es una práctica extendida, a pesar de que "algunas de esas políticas para promover los incrementos en la natalidad implícitamente promueven que la mujer abandone el mercado laboral y, básicamente, que vuelva a un rol muy tradicional que es tener hijos", tal y como ha expresado Jaume Nadal, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Ucrania.

Por contra, otras naciones intentan disminuir sus altas tasas de natalidad argumentando un impacto medioambiental negativo. "Apenas el 10% de la población es quien consume el 50% de los gases de efecto invernadero, lo cual significa que reduciendo la fecundidad en los países donde la fecundidad es elevada, no se va a conseguir frenar el cambio climático", ha indicado el experto.

El control de la demografía genera gran confusión en la población, según el último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas. Más aún en las mujeres, que se sienten instrumentalizadas. "Las mujeres están transmitiendo un mensaje y el mensaje es que sus cuerpos no deberían ser objeto de política pública en aras de unos objetivos demográficos que van mucho más allá de su propio bienestar y de la realización de sus propios objetivos en la vida", ha expuesto Nadal. Los cambios demográficos no hay que temerlos, dice la ONU, hay que anticiparlos y planificar en torno a ellos, siempre con igualdad de género.