La portavoz de la Autoridad Nacional de Protección Civil, Patrícia Gaspar, ha dicho que el fuego ha estado "cediendo a lo largo de las últimas horas" y actualmente no hay frentes activos, sino "puntos calientes" con pequeñas reactivaciones que los bomberos han podido controlar rápidamente durante las últimas horas.

Estos conatos son "el gran riesgo en este momento", ha afirmado Gaspar, quien ha recordado que, pese a haber una mejoría con respecto a ayer, el incendio, que tiene un perímetro de 100 kilómetros, sigue activo y por tanto no se puede bajar la guardia.

Por ahora, ha indicado, "la situación está estabilizada" y la previsión meteorológica para las próximas horas es favorable a los equipos de extinción, pues auguran un descenso de las temperaturas, que han rondado los 24 grados en el sur de Portugal.

Además, la humedad llegará al 80% y los vientos serán menos intensos, con rachas inferiores a los 15 kilómetros por hora, ha expuesto la portavoz. Pese a las optimistas previsiones, el contingente desplegado en los municipios de Monchique y Silves, los más afectados por las llamas, se mantendrá intacto, con más de 1.400 bomberos y 461 vehículos terrestres, así como las máquinas de rastro para ayudar a controlar las zonas sofocadas.

Gaspar ha elevado además que el número de heridos a 41 personas, todos leves salvo una mujer de 72 años herida con quemaduras graves que tuvo que ser trasladada a Lisboa. Con respecto al resto de datos sobre área calcinada o daños materiales causados por el fuego, ha reiterado que será necesario dar por concluida la operación para dar un balance definitivo.

Según el Sistema Europeo de Información de Incendios Forestales, las llamas han consumido más de 23.000 hectáreas. Por su parte, el alcalde de Monchique, Rui André, ha asegurado en declaraciones a medios locales que medio centenar de casas de la localidad han sido afectadas por el incendio.