Las calles de Wuhan están invadidas por el terror del coronavirus, que ya ha dejado más de 300 muertos en China. Por eso, cualquier precaución es poca para intentar no contraer el virus. La mayoría de los ciudadanos optan por llevar mascarillas, pero incluso algunos optan, como en el caso de la imagen que acompaña a esta noticia, a protegerse con botellas de plástico.

En concreto, la imagen muestra a dos niños con protecciones faciales improvisadas a partir de botellas de plástico para protegerse del coronavirus en el aeropuerto de Cantón (China), desde donde se disponen a viajar junto a sus madres.

En un intento por controlar el brote, el Gobierno chino ha emitido un estricto protocolo para el tratamiento de los fallecidos por coronavirus: no podrán ser enterrados donde quieran sus familiares ni tampoco tener una ceremonia de despedida, sino que deberán ser incinerados en una funeraria designada y cerca de donde están.

En esta línea, las tradiciones funerarias, como una ceremonia de despedida, están prohibidas y los cuerpos deberán ser desinfectados y colocados en una bolsa sellada por trabajadores médicos y no se podrán abrir después del sellado. Asimismo, las funerarias deberán enviar personal y vehículos especiales para entregar los cuerpos de acuerdo con la ruta designada, y los cuerpos deben ser incinerados en crematorios designados, subrayó la directriz.

Según los últimos datos, el número de fallecidos se ha elevado hasta superar las 300 víctimas, mientras que la cifra de infectados por esa enfermedad en territorio chino se situó en 14.380. Hasta ahora todos los fallecidos se habían producido en China pero este domingo se confirmó que un hombre de nacionalidad china falleció en Filipinas, donde había viajado desde Wuhan, epicentro del nuevo coronavirus.

Además, este lunes comenzará a funcionar con un personal de 1.400 trabajadores sanitarios militares el nuevo hospital levantado en la ciudad de Wuhan en tiempo récord. Las nuevas instalaciones tendrán un total de 1.000 camas. El Hospital Huoshenshan ('Montaña del Dios Fuego'), como se ha bautizado la nueva instalación, contará así con 950 trabajadores de hospitales de la Fuerza Conjunta de Apoyo Logístico de las Fuerzas Armadas y 450 más de universidades sanitarias del Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea que ya se encuentran en Wuhan.