La rotura de la presa de Nova Kajovka, en la región de Jersón, amenaza a 80 localidades que, según ha expresado el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, ya estarían bajo el agua. A primera hora del martes, la central hidroeléctrica y la represa de la ciudad de Nova Kajovka se derrumbaba, causando una enorme ola que aumentaba el nivel del agua del río Dnipro, afectando a unas 80 localidades de su ribera y amenazando a especies protegidas.

Las imágenes de los satélites muestran ya localidades totalmente anegadas, casas bajo el agua y pueblos desaparecidos, tal y como se puede ver en el vídeo principal de esta noticia. Se espera que la extensión máxima de territorios inundados se alcance entre tres y cinco días.

Según el presidente del Gobierno impuesto por Moscú en la región, Andréi Alekseenko, la rotura de la presa afecta a 14 localidades donde viven 22.000 personas, mientras que la Administración Militar ucraniana de la zona ha cifrado en 16.000 el número de personas que viven en la zona crítica. En total, habría más de 40.000 afectados.

"La situación más difícil está en Oleshki, que está casi completamente inundada", ha explicado el gobernador ruso. El alcalde impuesto por Rusia en Nueva Kajovka, Vladímir Leontiev, decretó el estado de emergencia y se evacuaron tres distritos cercanos a la presa. Cerca de 900 personas fueron trasladados a otros lugares. A las 16.20 hora local, más de 1.300 personas habían sido evacuadas de las áreas inundadas en la región de Jersón, indicó el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania, que explicó que se han inundado 13 localidades y 300 casas en la margen derecha del río.

Ucrania ha asegurado que, aunque las inundaciones han afectado a ambos bandos, el lado ucraniano sufrirá "ocho veces más" que el ruso. "La destrucción de la central hidroeléctrica ya ha provocado un desastre ecológico: docenas de asentamientos río abajo del Dniéper están inundados, el embalse de Kajovka y el Canal de Crimea del Norte, que suministra agua a la península de Crimea, se están volviendo poco profundos", ha descrito Nebenzia.

"En otras palabras, Kyiv una vez más se ha dispuesto a vengarse de Crimea por su elección a favor de Rusia, y dejar a la población de Crimea sin agua. Tampoco descartamos un intento implícito de provocación contra la central nuclear de Zaporiyia", ha asegurado la parte rusa.

Además de las consecuencias humanas del desastre, Ucrania está preocupada por las consecuencias ecológicas y agrícolas. Según la Presidencia ucraniana, al menos 150 toneladas de aceite de motor fueron vertidas en el río Dniéper y existe el riesgo de fugas de otras 300 toneladas. Zelenski señaló que se trata de un "brutal ecocidio".