Fatima Qoba tiene 12 años y fue encontrada viviendo debajo de un árbol y sufriendo una dura inanición cuando trataba de huir de la guerra de Yemen. "Todas las reservas de grasa en su cuerpo se han agotado, solo le quedan huesos", dijo Makiah al-Aslami, médico y jefe de la clínica en el noroeste de Yemen, quien cuenta que "ella tiene la forma más extrema de desnutrición".
La adolescente pesaba sólo 10 kilos cuando fue rescatada y trasladada a una clínica de desnutrición en Aslam. Pero, por desgracia, su caso no es el único de este tipo que se ha podido conocer en Yemen, donde la guerra y el colapso económico han llevado a alrededor de 10 millones de personas al borde del hambre, según Naciones Unidas.
Aslami, el médico que atendió a la menor, dijo que espera que más y más casos de malnutrición lleguen por su puerta porque sólo este mes está tratando a más de 40 mujeres embarazadas con desnutrición severa. "En los próximos meses, espero tener 43 niños con bajo peso", explica.
Qoba, sus 10 hermanos y su padre fueron obligados a abandonar su casa cerca de la frontera con Arabia Saudita huyendo de los bombardeos y se vieron obligados a vivir debajo de un árbol, dijo a Reuters la hermana mayor de Qoba.
"No tenemos dinero para conseguir comida. Todo lo que tenemos es lo que nos dan nuestros vecinos y familiares", dijo la hermana. Su padre, en sus 60 años, está desempleado. "Si nos quedáramos aquí y muriéramos de hambre, nadie sabría de nosotros. No tenemos futuro", dijo.
Después de probar otros dos hospitales que no pudieron ayudar, un familiar encontró el dinero para transportar a Qoba a la clínica en Aslam, controlada por Houthi, uno de los distritos más pobres de Yemen con altos niveles de desnutrición. El médico dice que la niña necesitaba un mes de tratamiento para desarrollar su cuerpo y su mente.
Hay alimentos en Yemen, pero la inflación severa ha erosionado la capacidad de la gente para comprarlos, y la falta de pago de los salarios de los trabajadores del gobierno ha dejado a muchos hogares sin ingresos. "La sociedad yemení y las familias están agotadas", dijo Aslami, para que "la única solución es detener la guerra".